Dentro del proyecto de la Caravana Poética pretendemos hacer una antología de textos que hagan referencia a la idea de viaje, a Latinoamérica, a la fraternidad, a la aventura y los sueños colectivos.
El libro estará listo previo al viaje y será un obsequio que llevaremos a los lugares donde pasemos. Se recibirán textos hasta el 15 de enero de 2010. Abierto a todos y todas.
Enviar el texto a: caravanapoetica2010@gmail.com
Acá ya va uno, es de Héctor:
LA HUIDA DE LOS BÁRBAROS
Alguna vez soñé con ustedes en esas noches sin poder dormir; un país los veía recorriendo conmigo a cuestas en una silla de ruedas espiritual, bailando alrededor de cualquier accidente para celebrar que la geografía es una figura literaria, pero al revés.
Éramos una caravana tan hermosamente solitaria y triste y no nos descarriábamos del delirio que significaban nuestras risas en fila escuchándose sobre las aburridas olas que repiten las mismas letras hace millones de años.
Los muchachos estos se hastiaron de los colores de sus patrias y comenzaron a caminar sin rumbo fijo; de un día para otro las familias se encogieron de brazos viéndolos salir de sus casas como hipnotizados por una noche que no imaginaban.
Desde todas las ciudades se iban sumando, agrandábamos nuestra pena y no nos soltábamos de las manos porque así era nuestro pacto: la sangre que nos une será el gozo de la buena voluntad, la escribiremos más allá de los géneros, los nombres y los espejos.
Todos sus órganos son ojos con que mirar lo que sucede, y las películas que han visto les parecen parpadeos de la historia; mientras avanzábamos yo pensaba en esas hordas de bárbaros que miles de años atrás arrasaron con el más grande imperio; ahora un grupo de muchachos camina siguiendo las exhalaciones de la noche, y es dulcemente más terrible.
Entrábamos a los hediondos bares y allí realizábamos ceremonias y alianzas para no dejar de avanzar; pasábamos a los terminales a reírnos de los que creen que se van o llegan a alguna parte, en las carreteras escribíamos los nombres de las estrellas y constelaciones, como la B 612, y en los puertos nos gustaba besarnos con el perfume de la piel.
Las cordilleras saltábamos con un solo pie, al igual que las ciudades incendiadas por los que inventaron las cifras de la vergüenza; el mar bebíamos con vino, el pan era exquisito con tierra, las furiosamente hermosas noches estaban llenas de signos y proyección.
Cantábamos al ritmo de nuestras lenguas cada vez que se nos aparecía una incógnita en el camino vaticinaba yo que si hubiese estado despierto este sueño sería un poema; escribíamos todo lo que podíamos imaginar juntos y nos olvidábamos de la antigua vida, de los golpes que inflamaron nuestros corazones, de lo exuberante que puede resultar la vanidad, del recuerdo de una mentira idéntica a la infancia.
Ese era el momento de las invocaciones, con las cuales los parques se llenaban de árboles y barcos, y de los hospitales salían despavoridos los que conocían los augurios que venían con nosotros; los buses estaban repletos de carreteras y la vida humana parecía un corazón más en este último viaje.
A las universidades iban los besos, y los países de Latinoamérica eran más que los planetas, su noche estaba más adelante que la luna, inclinada hacia las contradicciones.
Estos muchachos se arrancaban las cicatrices mutuamente y a las discotecas iban a curar a los leprosos, esos que se escondían en lo oscuro y que jamás recibieron una palabra de amistad.
Nadie nos detuvo, y no llegamos a ningún imperio, muchas veces nos extraviamos y volvimos a andar por los mismos caminos pedregosos, áridos, difíciles, pero aun así si estos muchachos volvieran a buscarme en alguno de los siglos venideros, yo sería el primero en salir a la calle y decir ‘vamos’, vámonos con nuestras penas a cuestas, porque si de algo se trata la literatura es hacer de la vida, un paraíso un paraíso en llamas.
La presentación de nuestro proyecto, la Caravana Poética en los Bicentenarios está dirigido inicialmente a todos ustedes para que puedan conocerlo mejor y así elaborar propuestas para colaborar con él.
Un abrazo gigante,
Alejandra Proaño
Alma Karla Sandoval
Héctor Hernández Montecinos
Caravana poética en los Bicentenarios: un recorrido de poetas desde Tijuana a la Isla Croante de Chiloé en 100 días (2010)
En términos de territorio es evidente que se han proliferado los caminos que unen nuestros países. Sin embargo, no podemos decir lo mismo en cuanto a poética. Aún cuando los latinoamericanos podamos maravillarnos ante el compartir de una lengua hermana que alguna vez fue lengua madre, nuestros poetas ―principales agentes de la lengua― están conscientes ante la dificultad de difusión que tiene su obra. Sabemos que no contamos con veloces trenes, pero al menos ya existen caminos trazados y es posible confiar en la hospitalidad de la gente. Si la poesía es un importante mensaje a ser divulgado, escasean chasquis que recorran el territorio llevando las noticias de la lengua.
Quizá es hora de replantearse el lugar que el poeta está ocupando en la sociedad. Losespacios que la cultura brinda parecen cada vez menos fértiles. Cuántos no hemos asistido a lecturas desoladas de oyentes. A veces parecería que el poeta aceptó estar un lugar donde nadie lo escucha, pero que asegura la difusión de sus textos. Parece ser que la mayoría de encuentros de poesía tienen características centralistas y clasistas: aún cuando están abiertos al público en general, la difusión es escasa y pocas veces se presentan en las periferias. Proliferan los encuentros de poetas con poetas y hacen falta otro tipo de encuentros con otros objetivos y con otros oyentes.
Labor olvidada y poco renovada en sus métodos, la relación entre los pueblos y la poesía es un acto indispensable para replantear los esquemas obsoletos de lo tradicional. Como respuesta a esta necesidad se plantea la Caravana Poética en el Bicentenario. Estamos conscientes que nuestro esfuerzo es nada más que una pequeña contribución al sueño de formar una gran nación unida por la poesía. Y sin embargo, su estrategia da cuenta de una forma innovadora capaz de reproducirse. Es decir que este proyecto, herramienta indispensable para la divulgación de la poesía latinoamericana actual es también una oportunidad para replantear los procesos de divulgación de la poesía y la cultura que los subyace. Sí. El continente requiere de poesía que hable sobre un vívido presente, lo cual parece estar hasta ahora reservado para algunas elites. Que maravilloso fuese compartir la poesía con Latinoamérica de una manera más directa y experimental. A fin de cuentas, la industria editorial y el Internet son realidades para la minoría Latinoamérica ―que paradójicamente― somos la mayoría.
La reflexión en torno al bicentenario de la independencia nos lleva a considerar la pertinencia de generar un espacio de diálogo que fortalezca las relaciones entre la poesía y el pueblo latinoamericano. Aún cuando en términos de logística exista hoy en día la posibilidad de unir las rutas de nuestro continente a través de la poesía, proponemos un proyecto que además contemple un modelo alternativo acorde a la época y a nuestras posibilidades. Procuramos, en el marco de un proyecto de acercamiento relacional en el que se construirán nuevas narrativas entre los pueblos y los poetas, desmitificar la figura del poeta y del pueblo latinoamericano y a la vez, re- significar la función de la poesía en la sociedad, y de la sociedad en la poesía.